La
Teoría de la Evolución de Darwin es una teoría en crisis a la luz de los
tremendos avances que hemos hecho en biología molecular, bioquímica, y genética
en los pasados cincuenta años. Ahora sabemos que existen de hecho decenas de
miles de sistemas irreduciblemente complejos a nivel celular. La complejidad
especificada permea al mundo biológico microscópico. El biólogo molecular
Michael Denton, escribió: "Aunque las más minúsculas células bacterianas
son increíblemente pequeñas, pesando menos de 10-12 gramos, cada una es de
hecho, una auténtica fábrica micro-miniaturizada, conteniendo miles de piezas
exquisitamente diseñadas de intrincada maquinaria molecular, constituida en su
totalidad por cien mil millones de átomos, mucho más complicada que ningún
mecanismo construido por el hombre y absolutamente sin paralelo en el mundo
inanimado.
Y
nosotros no necesitamos un microscopio para observar la complejidad
irreducible. El ojo, el oído y el corazón son ejemplos de complejidad
irreducible, aunque ellos no eran reconocidos como tales en los días de Darwin.
No obstante, Darwin confesó: "Suponer que el ojo, con todas sus artimañas
inimitables para ajustar el enfoque para diferentes distancias, para permitir
diferentes cantidades de luz, y para la corrección de la aberración esférica y
cromática, podría haberse formado por selección natural, parece, confieso
abiertamente, absurdo en el más alto grado posible.
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